General Motors anunció el martes que dejará de financiar el desarrollo de su servicio de taxi autónomo. En su lugar, integrará a su filial Cruise y combinará sus esfuerzos con el desarrollo de su propia tecnología de asistencia a la conducción, centrándose en el desarrollo de vehículos privados totalmente autónomos. Esta decisión representa un cambio estratégico significativo en el enfoque de GM en el campo de la conducción autónoma, reflejando una nueva visión de la compañía sobre el futuro de la tecnología automotriz. GM adquirió la startup de conducción autónoma Cruise en marzo de 2016 por 1.000 millones de dólares, y desde entonces ha invertido continuamente en Cruise.